La Potosina”
Hace 38 años, la familia Sánchez Castro, originaria de San Luis Potosí, se mudó a la ciudad de Saltillo, buscando nuevas oportunidades de trabajo.
Con la ayuda de sus ahorros, lograron abrir una de las fondas más populares del Centro Histórico de Saltillo: La Potosina.
Ubicada en el corredor de la calle Narciso Mendoza, entre las vías Manuel Pérez Treviño y Juan Aldama, rodeada de carnicerías, puestos de fayuca, hierberías y tiendas de ropa vaquera.
Actualmente es atendida por Juan Sánchez Castro de 48 años de edad, heredero del negocio que fuera fundado por su padre, Sandro Sánchez Castro.
“Mi padre en un principio no tenía la intención de abrir un puesto de comida. Un día caminábamos por la calle y nos detuvimos a comprar unos tacos de barbacoa, a él no le gustaron para nada y fue cuando decidió hacer su propio negocio para brindar a las personas un mejor alimento” narra.
“No los únicos, pero si los mejores” se lee en un letrero colocado justo a las afueras de “La Potosina”. Frase que según Andrés Renato Gallegos, cliente desde hace 10 años, le queda como anillo al dedo al establecimiento.
Todos los días abre a las seis de la mañana y cierra al medio día, tacos y lonches de barbacoa con un precio de 20 pesos por orden, es lo que ofrece. Menciona que el éxito de su negocio se debe a que usa ingredientes frescos y de la más alta calidad.
Tal es la popularidad de La Potosina, que según Juan Sánchez, turistas que llegan al lugar por casualidad, han regresado años más tarde sólo para degustar sus tacos nuevamente.
“Vienen muchos extranjeros, siempre se van muy contentos por el buen trato y la rica comida, pasan los años y regresan para comerse un par de ordenes de tacos” platicó.
Menciona que esta fonda se ha convertido en un lugar muy especial para él, y en su opinión, difícilmente dejara de funcionar porque “No existe otro lugar como La Potosina, los clientes lo saben y son ellos quienes nos darán la permanencia por muchos años más”.
Artículo publicado en el periódico Zócalo de Saltillo, por Omar Soto y Rosalío Rodríguez | Fotografía: Diana Rodríguez y Antonio Ojeda; título Comercios de Saltillo, testigos del tiempo.
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