El 21 de diciembre se producirá el solsticio de invierno. Será el día más corto del año en el hemisferio norte y traerá consigo la llegada del invierno astronómico, que reinará hasta el 20 de marzo. Este año, además, coincidirá con una Luna llena y con la última lluvia de estrellas del año, las Úrsidas. Y por si fuera poco,se podrán ver a Mercurio y a Júpiter en conjunción.
El solsticio se produce cuando, debido a la inclinación del eje de rotación de la Tierra, que es de 23,5 grados, el Polo Norte se encuentra en el punto más alejado del Sol, que brilla directamente sobre el Trópico de Capricornio. De hecho, la palabra ‘solsticio’ procede del latín, solstitium, y quiere decir ‘el sol se queda quieto” y es que ese día el sol parece no moverse del Trópico de Capricornio.
La fecha en que se produce este evento astronómico varía cada año, entre el 20 y el 23 de diciembre, aunque el 21 y el 22 son los días más frecuentes. Por ejemplo, para el próximo solsticio que ocurra en un 20 de diciembre habrá que esperar hasta el año 2080 y en un 23 de diciembre, hasta el 2303. En España el solsticio comenzará a las 23.23 h del viernes y acabará a las 00.23.
Los solsticios, tanto el de invierno como el de verano, así como las estaciones y la variación en la cantidad de horas de luz diarias se debe al hecho de que la Tierra gira sobre un eje inclinado. Es probable que esa inclinación estuviera causada por un objeto masivo que golpeó a nuestro planeta hace miles de millones de años. E implica que durante medio año el polo norte está apuntando hacia el Sol y recibe más luz, mientras que en el polo sur ocurre lo contario y al revés durante la mitad de año restante.
Todos los planetas del Sistema Solar tienen solsticios, porque rotan sobre ejes inclinados. También cuentan con estaciones y equinoccios. Eso sí, algunos tienen inclinaciones menores, como Mercurio, que es tan solo de 2,11 grados; otros tienen una inclinación similar a la de la Tierra, de 23,5; y en último término están aquellos que cuentan con ángulos extremos, como Urano, inclinado 98 grados.
Si bien será el día con menos horas de luz del año, no será el más frío. La explicación hay que buscarla en los océanos terrestres, que absorben la energía solar y la liberan lentamente. De esta forma, se produce un retraso entre los últimos rayos de Sol y cuando la temperatura del aire es más fría. Lo mismo ocurre en verano: la máxima insolación solar es durante el solsticio de junio, en el día de más horas de luz del año, mientras que los meses más calurosos son julio y agosto.
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