lunes, 27 de mayo de 2019

Un tesoro en la loma


Un tesoro en la loma

Hablan las viejas consejas de un señor llamado don José Meléndez, que hace mas de 50 años llego a vivir, nadie sabe de dónde, a la calle de Morelos, por el rumbo del centro y justo en las faldas de una loma hoy convertida en callejones serpenteados y de largas escalinatas. El tal don José, que más bien parecía de cuna humilde, había ocupado a una palomilla de chiquillos del barrio para que le ayudaran a rebajar la loma a nivel de la calle y así comenzar a echar los cimientos de la que sería su casa.

Con los días y cuando los niños habían sacado bastante tierra revuelta con almendrilla el hombre, quien se cree vio algo extraordinario, hizo parar los trabajos y despachó a los párvulos para sus casas sin dar razones. "Hasta aquí, ya váyanse, ¡¡¡váyanse!!!", les dijo y los niños pegaron la carrera.

Semanas más tarde, la gente del lugar miró con extrañeza cómo aquel hombre de fachada humilde hacía construir en lo alto de la loma una gran casa de dos plantas, lujosa para aquella época y que contrastaba con las chozas de aquel barrio pobretón.

De pronto el señor cayó en cama víctima de una rara enfermedad. Cuidado por su esposa, visitó a los médicos más renombrados que hubo en Saltillo por aquel entonces, pero nadie pudo dar con la raíz de aquel mal.

Hasta que un día, al borde de la desesperación, don José trajo hasta su casa a un curandero de tierras neoleonesas.

"Tú te hallaste algún dinero ¿verdad?", le preguntó el brujo apenas lo tuvo frente a él. "No", dijo tajante don José, pero el curandero repuso con más energía "Sí, tú agarraste dinero".

El vidente le pidió entonces que trajera siete monedas de las que don José, se supo más tarde, había sacado de la loma con ayuda de los niños, las metió en un platón con agua, meneó varias veces el platón e hizo beber al enfermo de aquel caldo.

A los pocos días don José recobró la salud. El rumor del tesoro encontrado se esparció como un río por la calle de Morelos.

Y cuando la gente, que en noches de luna llena había visto en la cima de la loma al fantasma de la mujer blanca, preguntaba a la esposa de don José sobre los destinos de aquellos caudales, ésta sólo se limitaba a responder "nos los quitó el Gobierno".


En la foto de la Calle Morelos, se ve al fondo el cerro al que se refiere esta historia.


Publicada por JESÚS PEÑA el 2 de nov. de 2009 en el PERIÓDICO vanguardia

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