La tiendita del barrio
Recuerdan estas tienditas, hasta su olor era bonito , aunque difícil de explicar, porque era una mezcla de café, piloncillo, canela, bueno algunas hasta de petróleo para la estufa o los quinqués.
Como no recordar sus enormes vitroleras llenas de chiles curtidos, o que podíamos comprar solo 20 centavos de aceite o un cuartito de azúcar, sus cucuruchos de periódico o papel estraza, sin olvidar que siempre pedíamos nuestro inolvidable pilón.
Como se llamaba la tiendita a la que ibas en tu niñez, yo recuerdo la de las "Quince Letras" en la Calle Mariano Abasolo al Norte de la Ciudad.
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