Historias de Saltillo
Los caracoles marinos en las ventanas de las antiguas casas saltillenses.
En nuestro Saltillo de ayer se acostumbraba ponerlos afuera de las ventanas y los enamorados se valían de estos caracoles para enviarse mensajes.
Era un lenguaje especial y extraño a la vez. Las novias los colocaban de determinada manera y, al pasar el galán frente a la casa de la mujer amada, sabía si esa noche podía él acudir a la cita para charlar con ella; si saldría esa noche a la serenata o acudiría a un baile; sabía si estaba contenta o enojada.
Si el caracol estaba colocado boca arriba significaba: “Hoy no puedo", si estaba bocabajo quería decir “Nos vemos al rato".
La punta del caracol señalaba la hora según la posición en la que se ponía acorde a las manecillas del reloj.
En fin se recuerda con nostalgia aquellos viejos tiempos.
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