El 22 de mayo de cada año en Saltillo se celebraba entre los estudiantes, el entierro del mal humor, que consistía en ir ataviados de mujer, con vestidos negros, como si fueran viudas que con llantos fingidos recorrían las calles de la ciudad.
El divertido desfile de ateneistas empezaba en la explanada del propio Ateneo Fuente haciendo el recorrido con un ataúd simbólico por el boulevard Constitución, hoy Venustiano Carranza, siguiendo por la Calle Ignacio Allende hasta la de Guadalupe Victoria y ahí daban vuelta hacia la Alameda Zaragoza, donde terminaba el desfile y se quemaba la supuesta caja del muerto, que era confeccionada con tablas y cartón pintada de color negro y una cruz blanca.
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