NICAN MOPOHUA |
Según el relato guadalupano y las escrituras en la lengua “Náhuatl” en el “Nican Mopohua”, tras su 4a aparición, la Guadalupana ordenó a Juan Diego Cuauhtlatoatzin que se reconstruya su templo que había sido derribado por los españoles en 1521.
Desde la época prehispánica, el cerro Tepeyac había sido un centro de devoción religiosa para los habitantes del valle de México.
Allí se adoraba el 12 de diciembre a la Diosa Coatlicue, también conocida como “Tonantzin” (náhuatl: to-nan-tzin), “Madre de Dios o Nuestra venerable madrecita".
Cuando se le aparece a Juan Diego, en el cerro Tepeyac ella le dice a él que recoja las rosas en su tilma y así llevándolas en su ayate, se presentó ante el obispo de México, el padre Fray Juan de Zumárraga.
Juan Diego al desplegar su ayate ante el obispo y dejar caer las rosas, queda al descubierto la imagen morena y al preguntarle al indio quien era él respondiò en su lengua Náhuatl: “Cuatlicue".
El obispo Zumárraga que, al igual que la reina Isabel, era muy devoto de la Virgen de Guadalupe, de Cáceres, Extremadura, España y rápidamente asocia el nombre “Cuatlicue” con “Guadalupe”.
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