Es un libro editado en 1895, como una guía para hacer un viaje por todo el país, que lleva como proemio "Directorio General de la República. en la forma más recreativa, descriptiva y útil.
Transcribimos a ustedes de éste libro, la parte que corresponde a la Ciudad de Saltillo.
Saltillo es la capital del Estado, es una bonita ciudad, y la que, según los apuntamientos del ilustre escritor
D. Esteban L. Portillo, nos dice respecto de su fundación lo que sigue:
El primero que arribó a ella fue
D. Francisco de Urdiñola (el viejo), y se vio en el caso de retirarse. El religioso fray Lorenzo de Gavira fundó el primer monasterio, y debido a las constantes hostilidades de los salvajes, abandonaron sus trabajos apostólicos, trasladándose a Topia, en cuya época el Saltillo fue un simple presidio. Más tarde vinieron colonos españoles y fundaron la Villa, con anterioridad al año de 1560.
D. Francisco de Urdiñola (el joven) llegó al valle del Saltillo en el mes de agosto de 1591, conduciendo ochenta familias de Tlaxcaltecas, quienes traían por jefe a
D. Buenaventura de (la Paz) nieto del intrépido guerrero Xicotencatl; y en la misma expedición vinieron los religiosos
Fr. Juan Terrones y
Fr. Cristóbal de Espinosa. Con los tlaxcaltecas se fundó el pueblo de San Esteban contiguo a la Villa, verificándose la fundación en el mes de septiembre de 1591, y formaron parte de los pobladores los indios guachichiles y barrados, que habitaban las cercanías del Saltillo. La capital del Estado lleva esta denominación por la cascada de agua que encontraron los primeros colonos en el descenso de la mesa, llamada hoy
Ojo de Agua, y por decreto de 5 de noviembre de 1827, se le llamó
Leona Vicario, en conmemoración de la célebre heroína de este nombre, digna esposa del ilustre campeón de la Independencia, Andrés Quintana Roo. La risueña y hermosa ciudad del Saltillo está reclinada al pie de una hermosa colina, teniendo por horizonte al Sur, la mesa referida, al Este la Sierra de Zapalinamé, al Oeste el cerro del pueblo, y al Norte una extensa vista a cuya perspectiva
—142→ se levantan multitud de cerros que circundan primorosos valles.
La ciudad del Saltillo se encuentra situada a los 35º 25' latitud Norte, y a los 1º 15' longitud Oeste del Meridiano de México. Se halla a la altura de 1.597 metros sobre el nivel del mar, y son los límites del Municipio del Saltillo: al Norte, el Municipio de Ramos Arizpe; al Oriente, el de Arteaga, y el Estado de Nuevo León; al Poniente, el de Patos; y al Sur, los Estados de San Luis Potosí y Zacatecas.
Los últimos acontecimientos políticos habían alejado de esta ciudad a millares de familias que emigraron a otros puntos, víctimas de la opresión galanista, cuya administración oprobiosa en extremo, ha quedado relegada al olvido, pero nunca perdonada su monstruosidad.
En el lugar conveniente de esta publicación, ya daremos a conocer algunos pormenores cuando menos, para que sirva de ejemplo a las generaciones venideras.
Decíamos que no obstante esta emigración, puede calcularse el número de sus habitantes en 44.835 de ambos sexos, cuyos habitantes se dedican en su mayor parte al comercio, la agricultura y la industria. Al primer ramo pertenecen multitud de comerciantes honorables y de los cuales vamos a ocuparnos separadamente.
El
Sr. D. Gabriel Flores es una de las personas más estimadas de la sociedad, por ese noble corazón que posee, preñado de sentimiento en favor de la clase desvalida.
Su filantropía sin límites, su desprendimiento poco común, y por su carácter afable, es altamente estimado en la sociedad donde vive.
Banquero de gran nota, se ocupa en negocios de Banca y Minería, aceptando con equidad giros de todas partes del mundo.
El honorable
Sr. D. Dámaso Rodríguez, comerciante por mayor y al menudeo en abarrotes y vinos de suprema calidad, mantas y géneros de todas clases,
etc.,
etc. Este caballeroso capitalista tiene gran parte de su capital invertido en el
Banco de Nuevo León, y es uno de los más progresistas coahuilenses, a quien se debe tan benéfica institución.
El
Sr. D. Francisco C. Fuentes, comisionista de distintos
—143→ ramos, es persona que, por su justificación y probidad, ha merecido el aprecio de sus colegas en los diferentes encargos que desempeña como Director de la gran fábrica de papel, y como Presidente de la Compañía de la luz eléctrica.
Agricultor y comerciante es el honrado y desinteresado patriota
D. Vicente Fuentes, quien ha desempeñado honrosísimos cargos en el Gobierno. He aquí uno de los más eficaces colaboradores de la oposición al gobierno de Garza Galán, y una víctima clausurada durante 32 días, que estuvo incomunicado en las mazmorras de la Penitenciaría del Estado, por el
único delito de ser, como siempre ha sido, un liberal sin mancha, progresista en alto grado y amante como el que más del engrandecimiento de Coahuila.
El
Sr. Vicente Fuentes es uno de los fundadores del Casino
Unión, centro de lo más granado y aristocrático del Saltillo. Dicho establecimiento, que celebra mensualmente sus lucidos bailes, merece ser visitado por el lector.
El
Sr. Jerónimo Siller es un comerciante en calzado, laborioso industrial, con esa modestia que caracteriza a los hombres de verdadero valer. Estuvo encarcelado por el solo hecho de ser oposicionista al gobierno de Garza Galán, y si no publicamos algunos datos que nos ministró, de las conferencias que tuvo con aquel gobernante, el tratamiento soez de que fue víctima, es porque se resentiría, y con justicia, la moral pública.
Recomendamos a nuestros lectores visite el establecimiento del
Sr. Siller.
Los
Sres. Isidro López Hermanos se dedican a toda clase de comisiones, compra y venta al por mayor de efectos nacionales y extranjeros, y su crédito y honorabilidad los hace recomendables en alto grado.
El
Sr. Leonardo Villarreal es uno de los propietarios más distinguidos del Saltillo. Tiene en renta muchas de sus propiedades, y su carácter noble y levantado le ha conquistado, con razón, el aprecio altísimo que disfruta en el comercio del Estado.
Uno de los almacenes y cajones más acreditados por su buen surtido, lo es, a no dudar, el de los caballerosos
Sres. Mazo Hermanos, que titulan a su casa
La Diana.
En esta casa, que recibe directamente de Europa sus principales artículos, se despacha con comodidad, al por mayor y menor, cualquiera pedido.
Las Variedades, éste es el nombre de la casa propiedad del activo comerciante
D. Manuel Sota, que constantemente renueva sus efectos de lujo y corrientes en el ramo de ropa. La exquisita educación de los dependientes y la bondad del artefacto deja complacido en extremo al consumidor, y he aquí la razón por que es uno de los cajones predilectos.
El
Sr. D. Marcelino Garza es el representante del Banco de Nuevo León en el Saltillo; he aquí una personalidad respetabilísima, a quien mucho deben las principales asociaciones del Estado; progresista, banquero, hacendado, comerciante,
etc. Es uno de aquellos hombres útiles verdaderamente a la humanidad y por ende felizmente casado con la distinguidísima señora Delfina Villarreal, una virtuosa dama e ilustre heroína del partido de oposición al malhadado gobierno pasado, que se distinguió por sus eminentes servicios en favor de la clase desvalida. Hay que descubrirse con todo respeto ante la majestad de tan respetable señora.
Nuestra acalorada fantasía nos lleva más allá de nuestros propósitos y nos olvidamos de que estamos haciendo la reseña comercial de la ciudad.
En efecto, pasemos por el almacén de ropa de los atentos comerciantes señores Terrí y Muñiz, pródigos en amabilidad y especiales para dejar halagado el gusto del comprador. Cualquiera que entre a su cajón, aunque sea por espíritu de curiosidad, sale complacido. Venden bueno, bonito y barato.
En el gremio de abarrotes hay diferentes casas de comercio, pero llama entre tantas la atención
La Ciudad de Londres, cuyo propietario lo es el caballeroso y activo
Sr. D. Anastasio Martínez, uno de los más acaudalados, activo y diligente en el ramo que nos ocupa. ¡Precios sin competencia! Grandes ventas al por mayor y menor, y un surtido completo de las mejores marcas nacionales y extranjeras, en licores, semillas y conservas americanas de suprema calidad.
Los
Sres. Colle y Martín, laboriosos en demasía, se dedican
—145→ como comisionistas a la exportación de textiles y productos naturales del país. Su carácter afable les hace acreedores a la estimación general. Su gran fábrica de jabón de suprema calidad, está dotada de los aparatos y útiles más modernos. Venden a precios sumamente moderados. Tienen diferentes sucursales en diversos puntos del Estado, y para cualquier pedido, basta dirigirse a
Colle y Martín, Saltillo, Coahuila, México.
El
Sr. D. David Zamora es uno de los propietarios, comisionista y comerciante más acreditados de la plaza; se dedica al libre cambio, teniendo perfecta aceptación por la puntualidad y honradez de su acreditada casa.
El Puerto de Liverpool, éste es el nombre del gran cajón de ropa y almacén de las principales fábricas más acreditadas del país y del extranjero, donde existen multitud de objetos de lujo, telas, sombreros,
etc.,
etc. Sus distinguidos propietarios
Sres. Signoret y
Groues, crema de la honorable Colonia Francesa, reciben directamente de los mercados de Europa las más altas novedades para dejar halagado el gusto del consumidor. Atentos y finos, reciben órdenes en su acreditada casa.
Otra de las más notables que existen en el Saltillo, lo es, a no dudar, la de los
Sres. C. Sieber y
C.ª, dueños de la
Gran Ferretería y Mercería, y la única en su género que vende a precios extraordinariamente cómodos el surtido de muebles finos que posee. Artículos de maquinaria para la agricultura, arados de todas clases,
etc.,
etc.
El
Sr. Guillermo
Pourcell, el principal banquero de la ciudad, sitúa y admite giros de todas partes del mundo, comerciante de alta nota, generoso en extremo, y que tiene la más suntuosa casa de la ciudad. Búsquesele para la realización de cualquiera empresa por grande que sea.
En el almacén de su propiedad, se encuentran recomendables caballeros que atienden con exquisita amabilidad a los marchantes, distinguiéndose de entre ellos el honradísimo cajero
D. Rosalío Lazegui.
En el ramo de agricultura se distinguen los apreciables
Sres. D. Manuel Rodríguez Orozco,
D. Modesto Ramos y
D. —146→ Clemente Cabello, personas altamente estimadas en la sociedad y que tienen sus fincas de campo montadas con los aparatos más modernos y en donde se producen excelentes cereales de todas clases.
Si el lector pudiese visitar dichas fincas, se convencería de la verdad de nuestros asertos.
Prolijo sería enumerar el alto comercio de esta ciudad, en el cual se encuentra el pundonoroso
Sr. D. Félix Castilla, uno de los más recomendables comerciantes y comisionistas;
D. Crescencio Rodríguez, acaudalado y activo importador;
D. Ángel Ríos, activo y laborioso;
D. Jesús M. Rodríguez,
D. Juan V. de la Torre,
D. Cesáreo Elizondo, los
Sres. Blanco
Hnos., con su bonito, bien surtido y elegante cajón de ropa;
D. Tomás Dávila, buen patriota;
D. Bernardo Sota, uno de los más distinguidos miembros de la Colonia Española;
D. Lorenzo R. Blanco, propietario y progresista en demasía, y así sucesivamente,
D. Tomás Dávila,
D. Eulogio de Anda,
D. Agustín de la Peña,
D. Porfirio Valdés y
D. Francisco Acuña.
La industria, que debería ser la principal riqueza del Estado por la abundancia de sus productos naturales, no lo es por la falta de empresas que acometieran un giro tan importante. Sin embargo, existen algunas fábricas de hilados y tejidos altamente acreditadas, como lo son:
La Aurora, Labrador, La Libertad y
La Hiberina, distinguiéndose de entre ellas la del acaudalado, probo e ilustre
D. Francisco Arizpe y Ramos, a cuyo empeño y patriótico celo se debe el impulso que ha tomado ya el Gobierno de este Estado.
La fábrica
La Aurora se encuentra montada con todo lujo y a todo costo, pues que el
Sr. Arizpe y Ramos la reedificó desde sus cimientos, en virtud de haberse incendiado, trayendo la espléndida maquinaria que posee actualmente con la cual elabora las magníficas mantas que compiten con las del
Hércules, Patriotismo y otras de la República Mexicana.
En el lugar conveniente y Directorio Profesional, conocerán nuestros lectores a multitud de abogados, médicos e ingenieros, que dan tanta honra al Estado de Coahuila; pero como cronistas imparciales y sin que nos ciegue el afecto que les profesamos,
—147→ recomendamos con especialidad en la facultad médica, al inteligente y modesto doctor
D. Alfredo Villarreal, uno de los más acreditados de la facultad de México; al
Sr. D. Manuel Lobo, notabilísimo ingeniero, un gran matemático y físico, dedicado al estudio de las ciencias experimentales; al estudioso y entendido doctor Juan Cabello Siller, especialista para las enfermedades de los niños, tiene un bien surtido establecimiento de farmacia, que atiende personalmente; al egregio y sabio doctor Dionisio García Fuentes, Director del
Ateneo Fuente, una lumbrera médica que atiende a lo más escogido de la sociedad.
Como abogados notables y profundos, tenemos a los reputados
Lics. D. Miguel Cárdenas,
D. Blas Rodríguez,
D. Tomás Berlanga, notabilísimo orador, y
D. José
M.ª Santos Cruz (El Empecinado), el delicado escritor, como le nombrábamos en aquellos tiempos de la lucha electoral;
D.Francisco García de Letona, Carlos E. Juárez, Matías L. Carmona, Melchor Cadena, Manuel Garza Aldape y otros que fuera largo enumerar.
La ciudad del Saltillo es demasiado bonita; cuenta con algunos establecimientos públicos dignos de mencionarse, como lo son: el Palacio de Gobierno, situado en la Plaza Principal y que contiene los tres poderes reunidos; está regularmente decorado y en todas sus oficinas se nota un buen orden.
El Ateneo Fuente, donde se estudian las materias preparatorias a las profesiones de médico, abogado, ingeniero, agricultor, notario y las concernientes al profesorado.
Dicho establecimiento cuenta con un bonito museo, su cátedra de Historia natural con 1.250 ejemplares bastante regulares, para el estudio de la zoología, mineralogía, botánica,
etc.,
etc. Un gabinete de física y otro de química y una colección de buenos mapas geográficos.
El colegio de San Juan, Seminario, dirigido por jesuitas y con el observatorio meteorológico que estableció el sabio padre Spina, a quien mucho debe la juventud coahuilense que se dedica al estudio de la astronomía. El padre Spina es uno de los astrónomos más notables que existen en la República Mexicana.
El Instituto Madero, la Penitenciaría, el Hospital Civil, y multitud de escuelas primarias que sostiene el Municipio, pues desde la exaltación al poder del Estado del nuevo gobernante (1894) la instrucción pública es atendida eficazmente.
Los templos que existen son dos: la Catedral de Santiago, que se encuentra en la parte oriental de la Plaza, y San Esteban, una pequeña iglesia dedicada al culto del expresado santo.
El teatro Acuña, primoroso y adecuado para la población, contiene todas las comodidades de los más modernos. El Ayuntamiento de la capital suele favorecer a las compañías que trabajan en él. Pueden caber, entre patio, palcos y galería, unos 1.000 espectadores colocados cómodamente.
Entre los paseos públicos dignos de mencionarse se encuentran la Alameda, el paseo de San Francisco y el Zócalo Central. La Alameda es bastante bonita, rodeada de hermosos álamos, fresnos y pinos que dan un aspecto encantador y adornada en sus callejuelas de cómodos asientos de hierro. Éste es lugar favorecido por el público, los domingos por las tardes donde concurre la crema de la sociedad a solazarse agradablemente oyendo la música de algún batallón que nunca falta de guarnición en la ciudad.
El Zócalo del centro primorosamente adornado con exquisitas plantas, su fuente de agua, macetas y elegantes sofás también de fierro e iluminado profusamente por focos de luz eléctrica que dan un aspecto encantador.
Existen otras plazas de segundo orden, tales como la de Zaragoza, las de Siller, Rodríguez y Castelar, sembradas últimamente.
El paseo que nombran de San Lorenzo, con sus magníficos baños de agua corriente, que es el punto más exuberante de la ciudad, y donde en el verano se dan cita las principales familias, acostumbrándose las famosas meriendas y las que generalmente terminan en graciosos bailes y simpáticas tamaladas verificadas sólo en esta estación.
Éste es el sitio de las famosas huertas o quintas frutales, donde se produce el riquísimo perón, el membrillo y otras que sería prolijo enumerar.
La población cuenta, siendo tan importante su tráfico actual, con dos hoteles muy regulares.
El uno se llama
Hotel de San Esteban, propiedad del atento y fino
Mr. Barrow, situado en la calle del Curato, y el otro en la Plaza Principal, llamado
Tomasichi, que lleva el nombre de su fundador y propietario, quien cobra $ 2 por cuarto y asistencia general. Hacemos de ambos una especial recomendación, advirtiendo que por la puerta de dichos hoteles pasan las tranvías de la ciudad, que recorren las principales calles, desde la Estación del ferrocarril, Santuario y San Francisco.
La ciudad está iluminada por luz eléctrica en las calles del centro y por luz de gas en los barrios, mejora últimamente realizada, y en proyecto otra de gran importancia, como lo es la construcción de un espacioso mercado en el lugar en que estaba colocada la Plaza de Toros. Esta mejorase debe a la iniciativa de los munícipes que funcionaron en 1894 y a la actividad del patriota Presidente Municipal, el honrado y apreciable
Sr. D. Melchor Lobo Rodríguez.
Hay que procurarse, y con facilidad se consigue, dado el carácter jovial, franco y simpático de la sociedad coahuilense, hacerse de algunas relaciones en esta localidad, donde abundan las mujeres bonitas y virtuosas en demasía.
Si pudiésemos desprendernos de nuestro propósito para fotografiar, aunque pálidamente, su natural desenvoltura, y las cualidades que forman su principal encanto, el curioso lector vería que no exageramos en los calificativos que antes les hemos atribuido.
En las convulsiones políticas del «93 de Coahuila», como se le nombró al
derrocamiento del gobierno de Garza Galán, pudimos conocer toda la majestad y grandeza de aquella pléyade de querubes, pródigos en patriotismo, caridad y valor. Porque hay que advertir (por si el lector no lo supiere), que las
señoras y
señoritas de aquella ilustre sociedad, fueron las que derrotaron al
Sr. Gobernador del Estado y sus
secuaces.
Pero como sería interminable hacer la apología de todas y cada una de ellas, nos limitamos a tributar un homenaje de admiración a la muy ilustre heroína, la
Sra. Adela Martínez de
—150→ Wossner. El
Sr. Wossner es el cónsul de los
E. U. de A. en esta ciudad y uno de los más apreciables caballeros y dignísimo miembro de la colonia americana.
Entre las que venimos mencionando se encuentran las virtuosas e ilustres damas: Agustina del Bosque,
v. de Pereira; Isabel García,
v. de Rodríguez; Josefa Gómez,
v. de Rodríguez; Refugio Narro,
v. de Acuña; Petra Alcalá,
v. de Villarreal; Juana V. de Verdier; Refugio Cuéllar de Santa Cruz; Antonia Valdés,
v. de Zertuche; Manuela Valdés de Soto; Dolores García de Prado; María Abel de Peña; María Santa Cruz de León; Dolores Bosque de López; María de J. B. de Cuéllar; Julia Barragán de León; Adela Villarreal de López; Francisca Laredo de Dávila; Cecilia Dávila de Saucedo; Rosaura Dávila de Valdés; Librada Cárdenas de Bermúdez; Guadalupe García de Volpe, y las simpáticas
Sritas. Carolina Rodríguez, Elisa Peña, Celia Lobo, Marcelina Dávila, Elena Muzquiz, Herminia Peña, Dolores Ríos, Librada Ramos y Manuela Lozano.
He aquí un núcleo altamente apreciable de la Sociedad Coahuilense y multitud de distinguidas familias que no mencionamos por no fatigar la atención de nuestro sector amable.